La siguiente tarea que nos encomendó Andrea fue realizar una metáfora visual con nuestras manos. Aquí os dejo la mía:
A lo largo de la etapa de Educación Infantil, los niños son más inquietos, todo lo tocan, todo lo quieren saber, todo lo investigan, todo lo preguntan, etc. Pero, ¿y si un niño en clase pregunta algo y la seño no sabe la respuesta? Que la seño queda como una ignorante, ¿y eso le conviene a la seño? No. ¿Y para que esto no suceda de nuevo qué hace la seño? Ceñirse a lo que esta programado y hacer como que el niño no ha preguntado nada. ¿Y qué pasa con ese niño lleno de ganas de aprender? Que al final acabará por ser como el resto y se interesará por las cosas que la seño quiera que se interese, ya que ella no tiene ganas de complicarse la vida programando cosas que realmente interesen a sus alumnos.
Para mí la escuela es como una especie de cárcel donde los cerebros creativos y deseosos de ir más allá de lo puramente programado no tienen cabida. Y se ven encerrados entre cuatro paredes acortando su ganas de volar.
Es por eso que "esos cerebros creativos" suponen un peligro público para la sociedad, ya que quieren que seamos como máquinas, acatemos ordenes y no protestemos por nada. Un poco me he basado en "La maquina de la escuela" de FrancescoTonucci o también conocido como Frato, donde este pensador, pedagogo, maestro de primaria y dibujante, hacía una crítica a la enseñanza de los años 70, y por lo que podemos observar aún queda mucho trabajo para romper con esta concepción. Os dejo la ilustración por si alguno no la conocéis, y ya de paso os animo a que leáis algo sobre él.
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