El pasado martes hicimos una visita a la exposición "al Raso" de arte contemporáneo que hay en el Palacio de los Condes de Gabia.
Estuvimos viendo las diferentes obras que habían y he de reconocer que no estoy acostumbrada a ver este tipo de arte y al principio me costó etiquetarlo como tal. Es algo tan diferente a lo que estamos acostumbrados a llamar arte, siempre bajo la descripción de bello y estético. Las obras que vimos desde mi punto de vista no las podría calificar como bonitas, quizás por que tenga interiorizados unos determinados cánones de belleza y me cueste ver más allá. Pero ¿es que el arte siempre tiene que ser algo bonito y estético? ¿Es que algo "feo" no puede ser arte? Pienso que esta concepción, en un 95% de la gente, es fruto de la educación artística que hemos tenido.
Estas son algunas fotos que hice que me llamaron especialmente la atención, he de decir que nada más verlas dije que no pondría ninguna de ellas en mi salón, pero cada vez que las miro me gustan más y no me importaría tener alguna de ellas en mi salón:
La segunda parte de la actividad era coger un papel y ponerlo encima de cualquier superficie y después pasar un lápiz para que la marca quedara grabada en el papel. Esta actividad es algo muy común tanto en niños como en no tan niños, ¿quién no lo ha hecho alguna vez? Yo lo he hecho cientos de veces, me encantaba ver como iba apareciendo la huella en el papel, con matices distintos a la realidad.
Esta actividad en relación con la exposición tiene mucho que ver. Al igual que las superficies que frotamos con un lápiz dejan huella en un papel, las obras de la exposición dejan huellas en las personas que las miran, buenas o malas ¿que más da? pero las dejan. Todo en esta vida deja huella y trasmite algún tipo de sensación que pasa al recuerdo.
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